Historia
AQUÍ SE MOSTRARAN ALGUNOS TESTIMONIOS SOBRE PERSONAS QUE HAN DECIDIDO CAMBIAR SUS RUTINAS PARA PODER OBTENER UNA VIDA SALUDABLE.
Testimonio N °1: Anónimo, 25 años
“Siempre fui una niña gordita, así
que crecí con la mentalidad de que por más que quisiera, nunca iba a poder
bajar de peso. Esos pensamientos me llevaron a la "genial" conclusión
de que podía comer todo lo que quisiera, en las cantidades que me diera la
gana, porque igual nada iba a cambiar. Mi vida trascurrió con esa filosofía por
varios años, hasta llegar al punto en el que tenía un evidente sobrepeso que
alteró completamente el funcionamiento de mi cuerpo. Mis períodos menstruales
se daban cada 4 meses, tenía un tipo de acné muy agresivo, taquicardias y un
estado físico deplorable. Decidí ir al doctor y sus diagnósticos fueron
caóticos. Tenía diabetes y lo más terrible es que por una serie de desórdenes,
mis probabilidades de quedar embarazada se habían reducido considerablemente.
Ahí empezó el cambio. “Aprendí” a tomar agua, eliminé toda la comida no
saludable de mi vida y reduje las raciones considerablemente. Al inicio fue muy
difícil para mí, pero finalmente mis esfuerzos dieron grandes resultados, ya
que bajé cerca de 35 kilos, reduje el azúcar de mi sangre y regularicé mis
menstruaciones. Hoy en día me siento muy orgullosa de todo lo que logré, tengo
una hija de un año y mi alimentación es 100% saludable. Me costó, pero aprendí.
Testimonio N°2: Samanta Alva, 24
años
“Mi alimentación en términos
generales siempre fue sana (dentro de lo posible), pero lo fue aún más a raíz
de una operación que tuvo mi papá en el colon. Después de eso, mi familia y yo
decidimos mejorar nuestra salud y empezamos dejando por completo los
condimentos y las grasas; aunque la verdad yo igual comía comida chatarra de
manera esporádica. Un día caminando por el centro de lima con unos amigos, se
nos ocurrió comprar una salchipapa gigante de 3 soles que venía con chicha de
regalo. Demasiado barata y probablemente súper tóxica, pero no me importó. Sin
saberlo, esa decisión me llevó a un cambio, esta vez total, en mi alimentación.
Tres meses después de esa salchipapa me diagnosticaron Helicobacter Pylori, una
potente bacteria que ataca al sistema digestivo. Estaba tan grave, que si
hubiera dejado que pasen dos semanas más, hubiera desarrollado cáncer de
estómago. Ahí me dejé de tonterías y decidí no volver a traicionar mi
alimentación saludable. El Helicobacter vivió en mí cerca de un año y medio y
fue terriblemente difícil de llevar por los antibióticos y los síntomas de la
propia enfermedad. Hoy sigo comiendo de todo, quiero decir, no soy vegetariana
ni nada por el estilo, pero estoy atenta a conocer de dónde provienen los
alimentos que consumo y sobre todo, a que estén siempre limpios. Evito los que
sé que me harán daño y la verdad, la sensación de ligereza que te da
alimentarte de forma saludable y saber que cuidas tu salud, no se compara con
nada".
