Habitos
1. Tenga una alimentación
variada
La proporción de los distintos
alimentos en la alimentación hará que este conjunto resulte más o menos
saludable. Debe tratar de mezclar los grupos de alimentos (frutas, verduras,
cereales, carbohidratos, proteínas y grasas) conservando y no eliminando ninguno.
Además, la prelación debe ser por las proteínas, frutas, verduras y cereales, y
no por los carbohidratos y grasas.
2. Consuma verduras
Las verduras aportan vitaminas,
minerales y fibra. Se recomienda consumir verduras en la tarde y en la noche. Un
buen hábito dietético es comenzar las comidas con alimentos crudos. Aumentar el
consumo de fibra en la alimentación previene el colesterol alto, los problemas
de colon y de estreñimiento. Prefiera las ensaladas frescas a las cocidas.
3. Modere el consumo de carne y
de pescado
El aporte diario de proteína
necesario para una dieta equilibrada no debería superar el 15% del aporte
energético total. La carne y el pescado no son las únicas fuentes de proteínas.
El equilibrio se puede conseguir a partir de las proteínas de las legumbres
(soya, lentejas, garbanzos); los productos lácteos (quesos frescos, yogur);
huevos (con moderación) y frutos secos (almendras, avellanas, nueces).
4. Punto justo de sal
Para conseguir una reducción de
sal en las comidas son de gran ayuda las hierbas aromáticas utilizadas en las
ensaladas y verduras, o el jugo de limón. Otro recurso es cocer las hortalizas
con muy poca agua o al vapor. Así conservan su sabor completo y sus sales
minerales. Si usa sal, es preferible la sal marina natural, pues aporta
magnesio que regula el metabolismo y es importante en el proceso de formación
de los huesos.
5. No coma a deshoras
Todas las enfermedades tienen un
componente metabólico, por lo que son susceptibles de modificaciones
beneficiosas o perjudiciales por medio de manipulaciones alimentarias y
nutricionales. Una dieta normal para un adulto es de unas 2.000 calorías al
día. Lo lógico es repartirlas en las tres comidas diarias variando la
alimentación y comer entre comidas alimentos saludables (yogur, queso,
galletas de fibra, cereales, fruta). La comida de la noche no debe suponer
menos del 25% de esa ingesta diaria (500 calorías) y siempre se debe hacer.
6. Consuma vitaminas y minerales
con moderación
Las necesidades de vitaminas y minerales,
presentes en la mayoría de los alimentos, varían según el individuo. Estas
sirven como antioxidantes, para fortalecer los músculos, para el cabello y
hasta para mantener un buen estado de ánimo. El calcio, por ejemplo, previene
la artritis, hipertensión arterial y cáncer de colon, entre otros. Sin embargo,
las vitaminas como la A, D, E y K se acumulan en el organismo y no son
eliminadas fácilmente, lo que puede producir incluso estreñimiento. Se
justifica su uso como medicamento, bajo supervisión médica, si la persona sufre
alguna enfermedad o carece de alguno de estos nutrientes
7. Organice su tiempo
Priorice sus actividades y
ordene en una agenda lo que debe hacer según su importancia. Identifique sus
horas de mayor energía y así desarrolle las actividades que demandan mayor
esfuerzo en este horario y reserve las de menos energía para el descanso o los
hobbies. Además, planifique su tiempo hora por hora incluyendo las comidas, la
vida social, el descanso o el ejercicio. Sea realista con su tiempo y póngase
como meta dejar un tiempo al ocio productivo.
8. Tome tiempos de descanso
Si no puede dedicarles tiempo al
ejercicio o a los hobbies, lo mínimo que debe hacer es tomar períodos de 30 a
40 minutos de descanso dentro de la oficina, o salir y tomarse un café.
Primero, porque la gente que se sienta frente al computador todo el día puede
sufrir problemas de espalda, columna o cuello, aunque nunca los haya padecido
e, incluso, los ojos se pueden ver afectados. De igual forma, al estar muy
cansado, su productividad en la oficina no va a ser la misma.
9. Tenga una rutina de
ejercicios
Se recomienda una actividad
física de por lo menos 30 minutos todos los días. Si no le gustan los
gimnasios, debe practicar algún deporte. Lo más importante es desarrollar una
rutina. El ejercicio es positivo, porque le da energía, tonifica su cuerpo, reduce
el estrés, le ayuda a dormir mejor, mantiene saludable el sistema digestivo y,
como el cuerpo usa el oxígeno y los nutrientes efectivamente, el sistema
inmunológico mejora.
10. Otras actividades
El yoga, el pilates, la
acupuntura y las artes marciales son actividades que se basan en la conexión
entre la mente y el cuerpo y en las complejas interacciones entre las
emociones, el cuerpo y el mundo exterior. Ayudan a manejar el estrés, arreglan
la postura e, incluso, sirven para bajar de peso y mantener un cuerpo
saludable.




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